Operación: Salud

KenZen
04/05/10

La liberación de Mercurio en la boca y su absorción por distintas vías provoca una intoxicación lenta y crónica, dando lugar a trastornos como vista borrosa, reducción del campo visual, dificultades auditivas, mal aliento, sabor metálico en la boca, inflamación de la mucosa bucal, alteración del ritmo cardíaco, presión sanguínea baja, respiración irregular, resfriado crónico, aumento de los ganglios linfáticos del cuello, dolores articulares, debilidad de las piernas, insensibilidad y hormigueo en manos y pies, dermatitis y descamación de la piel, problemas renales, espasmos estomacales, diarrea, colitis ulcerosa, depresión, problemas de memória y de concentración, trastornos del sueño, somnolencia diurna, fotofobia, dolor de cabeza, vértigo, temblor de labios, pies y párpados, neuralgia del trigémino, destrucción de células del própio cuerpo, contaminación de los globulos blancos, fatiga crónica, debilidad muscular, mareos, pérdida de memória, temperatura corporal baja, manos y pies fríos, sudoración excesiva sin esfuerzo físico.

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Hay enfermedades como la esclerosis múltiple, el asma o las migrañas que segun los investigadores pueden estar relacionadas en algunos casos por intoxicación por mercurio.

¿Qué es una amalgama dental?

Es una aleación de mercurio con otro metal. Las que se emplean en odontologia para empastar dientes y muelas se elaboran mezclando mercurio líquido (50% del volumen total), con plata (35%), estaño (13%), cobre (2%) y zinc.

¿Por que es tan perjudicial?

Tan solo 1 gramo de Mercurio conduciría a la muerte si se administrara vía inyección directa. Cada amalgama lleva aproximadamente unos 0,30 gramos de Mercurio pero en su forma metálica es relativamente poco tóxica, aunque su absorción se produce lentamente al evaporarse ya que en su forma gaseosa (a los 20ºC) si es altamente tóxico. Hay que tener en cuenta que en el interior de la boca en ocasiones se alcanzan temperaturas de hasta 40ºC. La liberación se intensifica al masticar fuertemente, utilitzar pastas dentífricas con flúor, ingerir bebidas y comidas muy calientes o ácidas, fumar o masticar chicle.