Buscar este blog

Seguidores

La Jornada
21/12/09

Los ancianos que beben varias tazas de té verde al día son menos propensos a sufrir depresión, probablemente debido a un químico que contiene y que hace sentirse bien, dijeron investigadores japoneses.

...Siga leyendo, haciendo click en el título...


Varios estudios han vinculado la ingesta de té verde con la reducción de problemas sicológicos y el doctor Kaijun Niu, de la Escuela Universitaria de Tohoku, y algunos compañeros de equipo descubrieron que los hombres y mujeres de 70 años y más que bebían cuatro o más tazas de té verde al día tenían un 44 por ciento menos de probabilidades de padecer depresión.

El té verde es consumido de forma generalizada en muchos países asiáticos, incluidos China y Japón.

Niu y su equipo investigaron a mil 058 hombres y mujeres relativamente sanos. Alrededor de un 34 por ciento de los hombres y un 39 por ciento de las mujeres tenían síntomas de depresión, según el estudio que fue publicado en la edición de diciembre del American Journal of Clinical Nutrition.

Un total de 488 participantes dijeron que bebían cuatro o más tazas de té verde al día, 284 dijeron que tomaban de dos a tres tazas diarias, y el resto dijo tomar una o menos.

Según los investigadores, el aparente alivio de los síntomas de la depresión al tomar té no se veía influido por el estatus económico, el sexo, la dieta, el historial médico o el uso de antidepresivos.

En contraste, no hubo asociación entre el consumo de té negro, té oolong o café, y la reducción de síntomas de la depresión.

Un componente del té verde, el aminoácido teanina, que se piensa que tiene un efecto tranquilizante para el cerebro, podría explicar el "efecto beneficioso potencial" mostrado en el estudio, según dijo Niu en un correo electrónico a Reuters.

Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar si una mayor ingesta de té tiene de hecho efectos antidepresivos, dijeron los investigadores.

Univisión
20/12/09

Una legisladora de Maine desea lograr que el estado sea el primero en requerir que los teléfonos celulares traigan advertencias de que pueden provocar cáncer en el cerebro, aunque no hay consenso entre los científicos de que así sea.

...Siga leyendo, haciendo click en el título...


Los dispositivos ahora omnipresentes traen ese tipo de advertencias en algunos países, aunque ninguna entidad en Estados Unidos las exige, de acuerdo con la Conferencia Nacional de Legisladores Estatales. Un esfuerzo similar está en marcha en San Francisco, donde el alcalde Gavin Newsom desea que su ciudad sea la primera del país en requerir dichos avisos.

La demócrata Andrea Boland, representante de Maine, dijo que numerosos estudios indican que el uso del teléfono celular implica riesgo de padecer cáncer, y ella ha convencido a los líderes legislativos a que permitan que su propuesta sea sometida a análisis durante la sesión del 2010 que comienza en enero, la cual suele estar reservada para proyectos de ley de emergencia y otros que propone el gobernador.

Boland sí usa un teléfono celular, pero con un altavoz para mantener el aparato alejado de su cabeza, y también lo deja apagado a menos de que esté esperando una llamada. Un punto que está bajo discusión es la radiación que emiten todos los celulares.

Bajo el proyecto de ley propuesto por Boland, los fabricantes tendrían que poner etiquetas en los teléfonos y en los cartones donde vienen empacados advirtiendo del potencial de sufrir cáncer en el cerebro vinculado con la radiación electromagnética. Las advertencias recomendarían que los usuarios, especialmente los niños y las mujeres embarazadas, mantengan los aparatos lejos de su cabeza y su cuerpo.

La Comisión Federal de Comunicaciones, que sostiene que todos los teléfonos celulares a la venta en Estados Unidos son seguros, ha establecido un estándar para la "tasa específica de absorción" de energía de radiofrecuencia, pero no requiere que los fabricantes de los aparatos divulgen los niveles de radiación que éstos generan.

La propuesta de San Francisco requeriría mostrar la tasa del nivel de absorción junto a cada teléfono en una fuente tipográfica de cuando menos el mismo tamaño que la empleada para poner el precio.

El proyecto de ley de Boland no pide que se especifique la tasa del nivel de absorción, pero sí requeriría la colocación de un letrero permanente e indeleble donde se advierta del riesgo en letras negras, exceptuando por la palabra "advertencia", que iría en letras grandes y rojas. También incluiría una gráfica en color del cerebro de un niño.