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04/11/10

Sin embargo, si el tono de las conversaciones es competitivo no tienen beneficios cognitivos

La conversación con otras personas en términos amistosos puede mejorar el funcionamiento del cerebro y nuestra capacidad para resolver problemas, según un nuevo estudio de la Universidad de Michigan (EE UU) publicado en la revista Social Psychological and Personality Science. Sin embargo, si el tono de las conversaciones es competitivo no tienen beneficios cognitivos.

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Para llegar a esta conclusión, los investigadores examinaron el impacto de episodios breves de contacto social en un componente clave de la actividad cerebral, la función ejecutiva, el proceso por el cual podemos planificar, anticiparnos y desarrollar estrategias, juicios y razonamientos. Esta función cognitiva engloba la memoria de trabajo, el autocontrol, la capacidad para prestar atención y suprimir distracciones, y la resolución de problemas complejos. Los estudios revelaron que la participación en conversaciones breves, de unos diez minutos, en las que los participantes eran invitados a conocer a otra persona, estimulaban estos procesos. Pero cuando los sujetos conversaron con un tono competitivo, sus resultados al desempeñar tareas cognitivas no mejoraron.

“Creemos que esto ocurre porque en ciertas interacciones sociales las personas tratan de leer los pensamientos de las otras y comprender sus perspectivas sobre los problemas o las situaciones”, indicó el psicólogo Oscar Ybarra, responsable del estudio, que asegura que su trabajo demuestra que existe una fuerte “conexión entre la inteligencia social y la inteligencia general”. En investigaciones previas, Ybarra ya había detectado que la interacción social produce un estímulo a corto plazo a la función ejecutiva que es comparable al de ciertos juegos mentales como la resolución de crucigramas.

De la nueva investigación se pueden extraer algunos consejos prácticos para ciertos tipos de tareas intelectuales. Por ejemplo, una conversación amistosa con un colega antes de una presentación o un examen importante puede ser una buena estrategia para obtener mejores resultados. Pero también hay que tener en cuenta que, en un contexto competitivo, sin advertirlo, una simple charla puede “socavar nuestra flexibilidad cognitiva y nuestro enfoque”, según Ybarra.

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