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SINC
21/01/10

Concentraciones elevadas de vitamina D en sangre comportan un menor riesgo de sufrir cáncer de colon. Así lo concluye un estudio liderado por la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) y el Imperial College de Londres. En el trabajo, que se publica mañana en el British Medical Journal, ha participado Carlos Alberto González Svatetz, jefe de la Unidad de nutrición y cáncer del Instituto Catalán de Oncología.

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El trabajo es fruto del proyecto EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition Study), un estudio que incluye 521.457 personas sanas de entre 35 y 70 años de 10 países europeos, de las que se recogió información sobre la dieta, los estilos de vida y una muestra de sangre.

Durante el seguimiento posterior, de los 521.457 participantes, 1.248 desarrollaron un cáncer de colon. En estos, se midieron los niveles que tenían de vitamina D en sangre antes de desarrollar el cáncer y se compararon con los niveles que tenían 1.248 controles, participantes sanos.

Las conclusiones indican que los niveles más altos de vitamina D circulante en sangre reducen hasta un 40% el riesgo de cáncer de colon en comparación con las personas que tienen los niveles más bajos.

Este estudio es el más importante que se ha realizado nunca sobre el tema en Europa. Los resultados confirman trabajos previos más pequeños basados principalmente en poblaciones norteamericanas. Además, estos trabajos medían la ingestión de vitamina D, pero el nivel en sangre de su principal metabolito, la 25 Hidrovitamina D, no depende sólo de la ingestión sino también de la formación endógena, asociada en parte a la exposición solar.

La vitamina D tiene una función clave en la regulación de la homeostasis del calcio, y podría tener un efecto en la regulación del crecimiento de las células normales y tumorales del colon. Estudios previos habían sugerido que el consumo de calcio y productos lácteos ejerce un efecto protector (como también ha confirmado este estudio) pero de momento se desconoce si el calcio y la vitamina D actúan conjuntamente o separadamente.

Es necesario tomar suplementos de vitamina D?

Aunque los resultados confirman la relación entre la vitamina D y la etiología del cáncer de colon, los expertos no recomiendan tomar suplementos de vitamina D para prevenir el tumor. Hasta el momento se desconocen los posibles efectos sobre la salud de concentraciones muy elevadas de vitamina D obtenidas gracias a dichos suplementos, ni se conoce si inducir estos elevados niveles mediante suplementos es mejor que obtener los niveles normales que se pueden conseguir con una dieta equilibrada y una moderada exposición al sol.

Por el momento, la evidencia científica demuestra que la mejor forma de reducir el riesgo de sufrir cáncer de colon es dejar de fumar, aumentar la actividad física, reducir la obesidad y la grasa abdominal y limitar el consumo de alcohol y de carne roja.

El cáncer de colon y recto

El cáncer de colon y recto es una enfermedad frecuente a partir de los 50 años. Es el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres y el tercero entre los hombres, y se estima que se diagnostican 4.000 casos nuevos en Catalunya cada año. Es la segunda causa de muerte por cáncer en nuestro país (2.000 anuales), y la inmensa mayoría se producen en personas de más de 54 años.

migueljara.com
20/01/10

El jueves pasado estuve en una mesa de debate sobre Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM) que por cierto servía de presentación de un nuevo bufete de abogados -Bufete RAM, se llama- que promete poner un poco de orden o de Justicia en dicho asunto. El caso es que Alberto García Romero -presiente del colegio de Farmacéuticos de Madrid-, se destapó con unos comentarios que me llamaron la atención. En suma expuso seis razones por las que los profesionales sanitarios no declaran bien a las autoridades competentes las reacciones adversas que se producen tras la ingesta de medicamentos. Lástima no recordar las seis, una de ellas era “por vergüenza”. Otra era por miedo a tener que asumir responsabilidades legales. Ya digo, una pena no recordar las seis pero lo que venía a destacar el máximo responsable de los farmacéuticos madrileños era que muchas reacciones adversas producidos por fármacos no se notifican por lo que el sistema español de farmacovigilancia (que es como se llama a esto de observar cómo funcionan los medicamentos una vez comercializados) no estaba funcionando lo bien que debiera.

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Me pareció bastante honesta la postura, inesperada y no quiero pensar que fuera producto del “buenismo” producido por la situación (a su izquierda y a punto de tomar la palabra tenía a un abogado que “amenaza” con entrar como elefante en cacharrería sobre el escandaloso mundo de los “efectos colaterales” de los preparados farmacológicos).

Sirva esta introducción a que comienzan a llegar informaciones sobre la notificación de reacciones adversas a las vacunas contra la gripe A. Los datos que tengo son los facilitados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Corresponden a los días comprendidos entre el 9 y el 20 de diciembre pasados (recuerden que las vacunas comenzaron a distribuirse el 16 de noviembre anterior). El número de personas que sufrieron reacciones adversas en ese periodo fue de 288.

La AEMPS nos recuerda que:

El origen de los casos es la notificación espontánea por parte de los profesionales sanitarios, comunicada directamente a los Centros Autonómicos de Farmacovigilancia, o bien a través de las compañías farmacéuticas. Toda la información se recoge en una base de datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios llamada FEDRA. El objetivo de esta base de datos es posibilitar la detección precoz de cualquier riesgo no conocido de los medicamentos una vez comercializados.

Bueno, así lo cuenta esta agencia pública: ¿espontánea?, quizá tenga esto que ver con lo que les he explicado de las seis razones (prometo que intento enterarme bien sobre estas seis razones y hacer una información si procede). ¿Compañías farmacéuticas?, ¿jueces y parte? Posibilitar la detección precoz de cualquier riesgo no conocido de los medicamentos una vez comercializados. No está mal teniendo en cuenta que se han aprobado por un procedimiento de urgencia y que en parte ya conocíamos algunos riesgos que podían ofrecer.

“A continuación se describen con mayor detalle algunos de los casos de mayor interés desde un punto de vista clínico cuya relación con la vacunación está en estudio”, indica la Agencia (y yo resumo):

1. Se han notificado seis casos de hiperreactividad bronquial, tres de ellos en pacientes con enfermedades pulmonares asociadas (asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

2. En cuanto a otras reacciones alérgicas merece especial mención el caso de un varón de 9 años con parálisis cerebral que a los pocos minutos de la administración de la vacuna presentó un cuadro de edema facial, cianosis y dificultad respiratoria.

3. Se han comunicado dos casos de pérdidas fetales varios días después de la vacunación. Estos casos entran dentro de lo esperable ya que se estima que la tasa de aborto espontáneo para embarazos confirmados en el primer trimestre oscila entre el 10-15% y la de muertes fetales en el tercer trimestre es de 4 muertes fetales/1.000 nacimientos.

4. Se ha notificado un caso aislado de supresión de la lactación en una mujer de 25 años con antecedentes de bronquitis asmática.

5. Se han notificado 4 casos de trastornos convulsivos. Dos de ellos aparecieron en pacientes con antecedentes previos de crisis convulsiva que llevaban un periodo variable de tiempo sin síntomas. Se trata de una niña de a 4 años con Síndrome de West y un varón diagnosticado de epilepsia.

6. Se ha notificado un caso de parálisis facial en una mujer de 21 años 4 días después de ser vacunada. Se sabe que la incidencia de parálisis facial en la población general es de 11 a 40 casos por 100.000 habitantes por año, por lo que este caso notificado entra dentro de lo que sería esperable en la población vacunada.

7. Se han notificado dos casos, (…) de dos mujeres, de 32 años y 87 años, con síntomas neurológicos motores en las extremidades, que se encuentran en estudio.


Calma total2
Mis conclusiones:

Lo esperado “calma total en las calles tras la jornada de huelga“, que decía la canción. Todo está controlado, no sucede nada anormal, nada que no “estuviera previsto”. Muchas personas pensarán que son pocas reacciones adversas para haberse aplicado las vacunas a ciento de miles de personas durante ese periodo. El número exacto de los afectados inmediatamente tras la vacunación no lo sabremos por las causas descritas anteriormente y por las que la propia AEMPS da a entender. Pero tampoco se incluyen los efectos adversos producidos meses o años después de la vacunación, que los habrá.

El lenguaje que utiliza la AEMPS no me inspira confianza por una razón que cualquiera puede atestiguar: intenta, de manera constante, exculpar a la vacunación de los males que han padecido esas personas. Esos “sustos” podrían haberse evitado pues como han advertido muchos profesionales sanitarios, en este mismo blog, no hacía falta vacunarse contra la gripe A y la realidad va poniendo a cada uno en su sitio: la gripe A ha producido la décima parte de casos mortales que una gripe estacional.

Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009), que explica cómo se expande de manera premeditada el marketing del miedo, contiene un capítulo específico sobre la vacunación contra el virus del papiloma humano y los efectos secundarios de vacunar con preparados vacunales que contienen mercurio como conservante.

Miguel Jarra
20/01/10

A buen seguro que va a levantar polvareda el último escrito de Juan Gérvas, médico general, Equipo CESCA y colaborador habitual de este blog. En él explica las razones para pedir el procesamiento político y penal de la Ministra y de los Consejeros de Sanidad de España por la gestión de la crisis de la gripe A. Reproduzco íntegramente, con un ligero “toque” de edición el texto según me lo ha enviado:

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Los hechos

La pandemia de gripe A (al principio “gripe porcina”) se inició en la primavera de 2009 en Méjico y a finales de abril dio comienzo una fase de alarma con intentos varios de contención de su difusión. Sin éxito, pues en mayo ya había enfermos en el mundo entero, desde el hemisferio norte (EEUU, Canadá, España y demás) al hemisferio sur (Australia, Nueva Zelanda, Argentina y demás). En junio ya se pudo determinar la levedad de la pandemia de gripe A en los países desarrollados como Australia, Canadá y Nueva Zelanda tanto respecto a mortalidad como a morbilidad (1,2). A primeros de julio se publicó una primera proyección de la mortalidad por gripe A en Eurosurvillance (revista científica del oficial European Centre for Disease Prevention and Control) por científicos de Nueva Zelanda en que se concluía que la mortalidad era menor por la pandemia que por la gripe estacional (2).

A finales de julio y primeros de agosto, en pleno invierno austral, todos los países del hemisferio sur coincidían en datos de morbilidad y mortalidad de la pandemia de gripe A muy por debajo de la gripe estacional de todos los años. Por ello el firmante pudo publicar y difundir un texto el 10 de agosto, con datos y con el pronóstico de baja mortalidad y morbilidad, pidiendo serenidad y tranquilidad. Este texto se publicó en diario El País el día 14 de agosto. Tuvo eco mundial de manera que se tradujo al francés, inglés, italiano, portugués y ruso y se publicó como tal conjunto a finales de septiembre por Healthy Skepticism. La versión última en castellano puede consultarse en la página de CESCA, donde también se encuentra abundante información sobre la vacuna antigripal.

El 28 de agosto elaboré y difundí un texto en forma de carta abierta a la Ministra y los Consejeros de Sanidad, para advertirles públicamente de los errores que estaban cometiendo. Al cabo de un mes dio acuse de recibo la Ministra. El texto tuvo eco en toda España. A la actitud de tranquilidad y calma se sumó la Organización Médica Colegial desde mediados de agosto. Y a primeros de septiembre un grupo que llegó a ser de 200 blogs y bitácoras del movimiento. A la llamada a la calma se unió también la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria y posteriormente la Asociación Española de Pediatría y la Sociedad Española de Medicina de Familia.

Las diferencias entre los pronósticos y la realidad fueron abismales en mortalidad; por ejemplo, en Nueva Zelanda de 18.000 muertos previstos contra 17 fallecimientos en la realidad (3). En España, los meses de mayo a agosto fueron de alarma increíble, con gran eco en los medios de comunicación y una política de “transparencia” que en la práctica suponía el análisis y difusión de datos de vida y muerte de cada caso por gripe A. Las diferencias también fueron abismales en morbilidad. Por ejemplo, se calcularon entre 400 y 40.000 ingresos de UCI en Australia y Nueva Zelanda, con entre 106 y 28.000 pacientes que precisarían respiración mecánica, lo cual sobrepasaría las posibilidades del sistema sanitario (4). En la realidad fueron respectivamente 722 y 456, fácilmente manejables por el sistema sanitario (5). De nuevo en España también se llevó a cabo una política de “transparencia” con análisis caso a caso de los pacientes ingresados en las UCI, con enorme alarma sobre una “nueva” neumonía.

La afectación de más jóvenes y más embarazadas sólo es cierta en lo proporcional, pues con la gripe A los ancianos tienen menos morbilidad y mortalidad, por las defensas que conservan frente a este virus, que circuló hasta 1957. Pero en cifras absolutas la mortalidad ha sido menor que nunca. La vacuna contra la gripe estacional fue inútil en los países del hemisferio sur (el nuevo virus A desplazó casi por completo a todos los demás) y no existía vacuna contra la gripe A, pero tampoco fue necesaria. Los países del hemisferio sur tuvieron baja morbilidad y mortalidad por la pandemia sin vacunar a su población contra la gripe A. Sabíamos que la vacuna contra la gripe estacional tiene baja efectividad, que sólo es útil en un tercio de los pacientes y que es por completo inútil en los niños menores de dos años (6,7).

También sabemos que nunca se han hecho estudios a fondo sobre la duración de las defensas que generan las vacunas contra la gripe, ni sobre las ventajas e inconvenientes a largo plazo. Además, sabemos que el virus de la gripe A puede provocar por sí mismo respuestas inmunitarias que duran más de 50 años (8). Por todo ello parecía razonable no vacunar contra la gripe A (8,9). Sabíamos que los antivirales tenían escasa o nula eficacia en la prevención y el tratamiento de la gripe estacional y que tienen efectos adversos graves (10-13). La Organización Mundial de la Salud (OMS) persistió en su mensaje de alarma, incluso hasta final del año 2009. Pero su crédito era nulo, después del gravísimo error respecto a la gripe aviar, en el año 2005, donde llegó a pronosticar hasta 150 millones de muertos, contra un total de 262 personas fallecidas en todo el mundo (14).

Esta alarma conllevó la preparación de planes de respuesta (“contingencia”) extraordinariamente agresivos y dejó a todos los países con la sensación de que llegaría tarde o temprano la pandemia de gripe como una peste (15). La pandemia llegó, pero de una levedad mayúscula, y se le respondió con los planes de 2005, actualizados con números igualmente increíbles. Sin embargo la población europea (y española) entendió perfectamente la situación y rechazó la vacunación y el comportamiento sugerido de alta alarma. Pese a la baja tasa de vacunación contra la gripe A, la morbilidad y mortalidad ha sido menor que en una epidemia de gripe estacional.

No conocemos las condiciones del contrato con las industrias para la vacuna contra la gripe A, pero deben ser tan extrañas que la Ministra de Sanidad de Polonia se negó a su firma y a su compra por consejo de sus asesores legales. En el último trimestre de 2009 y en el comienzo de 2010 ha empezado a difundirse información sobre la corrupción en torno a la respuesta de la OMS a la pandemia de gripe A en revistas científicas (Science, British Medical Journal), la prensa general e incluso el Consejo de Europa. Se acusa a la OMS y a sus asesores de colusión de intereses con las industrias.

La reacción de la Ministra y los Consejeros de Sanidad de España

Los hechos comentados anteriormente no modificaron los planes de contingencia adoptados en España a comienzos de la pandemia, en mayo de 2009 y hasta el final:

• se realizaron campañas de sensibilización a la población, • se hicieron obras en hospitales y centros de salud para cambiar urgencias y UCI, • se modificaron formas de trabajo y organización de la atención en el sistema sanitario, • se adquirieron millones de dosis de antivirales (y se promovió su uso), • se compraron millones de dosis de vacuna contra la gripe A (y se promovió su administración), • se administraron millones de dosis de vacuna contra la gripe estacional (cuyos virus estaban desapareciendo), • se compraron respiradores, • se adquirieron mascarillas, trajes desechables y otro material (que se distribuyó y cuyo uso se promovió), • se dieron normas a las empresas de acuerdo con los planes tipo gripe aviar • se promovió la baja laboral de embarazadas sanas en escuelas y otros lugares • etc.

Todo ello ha redundado en un gasto de cientos de millones de euros, en una situación social de crisis económica, de paro del 20% de la población y con un sistema sanitario que ni siquiera cubre la salud dental. Peor, estos responsables políticos mantienen que volverían a hacer lo que han hecho. Por todo ello creo necesario y promuevo a título personal el procesamiento político y legal de la Ministra y de los Consejeros de Sanidad de España por sus probables responsabilidades en salud pública y en el mal uso de caudales públicos. Ni siquiera la mutación del virus de la gripe A o la presentación de sucesivas oleadas más agresivas de la misma (improbables vista la historia de las pandemias de gripe desde la Edad Media) (16) justificarían los planes y las acciones emprendidas pues todo ello obligaría al establecimiento de otros planes.

Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009) explica cómo se desarrollan las campañas de marketing del miedo como la de la gripe A.

Referencias

Nelly HA. A pandemic response to a disease of predomintly seasonal intensity. MJA. 2010;192:81-3. 2. Wilson N, Baker MG. The emerging influenza pandemic: estimating the case fatality rate. Eurosurvillance. 2009;14(26):pff=19255 3. Assessment of the 2009 influenza A (H1N1) pandemic on selected countries in the Southern hemisphere. Argentina, Australia, Chile, New Zealand, Uruguay. Department of Health and US Department White House National Security Service. August 26, 2009. 4. Anderson TA, Hart GK, Kainer MA; ANZICS Database Management Committee. Pandemic influenza-implications for critical care resources in Australia and New Zealand. J Crit Care 2003;18: 173-180. 5. The ANZIC Influenza Investigators. Critical care services and 2009 H1N1 influenza in Autralia and New Zealand. N Engl J Med. 2009;361:1925-34. 6. Simonsen L, Taylor RJ, Vibourd C et al. Mortality benefits of influenza vaccine in elderly people: an ongoing controversy. Lancet Infect Dis. 2007;7:658-66. 7. Smith S, Demicheli V, Di Pietrantonj C, Harden AR et al. Vaccines for preventing influenza in healthy children. Cochrane Database Syst Rev. 2008;(2):CD004879. 8. Gérvas J, Wright J. Future of flu vaccines: Please, may we have a RTC now? BMJ;2009;339:b4651. 9. Collignon PJ. Mass vaccination against swine flu: could it cause more harm than good? http://www.bmj.com/cgi/eletters/339/sep03_2/b3471#219801 10. Antivíricos en la gripe: entre la incertidumbre y la urgencia de la pandemia por el nuevo virus A/H1N1. Bulletí GROC. 2009;22(2). 11. Burch J, Corbett M, Stock C et al. Prescription of anti-influenza drugs for healthy adults: a systematic review and meta-analysis. Lancet Infec Dis. 2009;doi:10.1016/S1473-3099(09)70199-9. 12. Shun-Shin M, Thompson M, Heneghan C et al. Neuraminidase inhibitors for treatment and prophylasis of influenza in children: systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. BMJ. 2009;339;b3172. 13. Kitching A, Roche A, Balasegaran S et al. Oseltamivir adherence and side effects among children in three London schools affected by influenza A (H1N1), May 2009. An Internet based cross sectional survey. Eurosurvillance 2009;29:1-4. 14. Bonneux L, Damme WV. An iatrogenic pandemic of panic. BMJ. 2006;332:786-8. 15. Arias P. La ética durante las crisis sanitarias. A propósito de la pandemia por el virus H1N1. Rev Esp Salud Pública. 2009;83:448-91. 16. Moreno DM, Taubenberger JK. Understanding influenza backward. JAMA. 2009;302:679-80.