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Xornal
20/04/10

No se abracen, no se besen, compren geles para lavarse las manos, toallitas, lo que sea. Lean los carteles, tosan sobre la manga de su camisa, no se automediquen. Miles y miles de mensajes contra una pandemia que tuvo tres nombres y que quedará para la historia –eso parece– con el peor posible: el de no haber sido tal cosa. Gripe porcina, nueva gripe, gripe A. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS), la misma que empujó a cientos de autoridades sanitarias a hacer acopio de medicamentos contra una enfermedad que se vendió como apocalíptica, retrasa ahora sus conclusiones sobre su gestión de la crisis. Y lo hace en medio de fuertes críticas y, de paso, con los datos públicos de las multinacionales farmacéuticas que dejan patente que este virus no fue malo para todo el mundo.

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Los dos medicamentos más famosos contra el virus H1N1 fueron la Relenza, de GlaxoSmith Klane (GSK), y Tamiflu, de Hoffmann-La Roche (Roche). Ambas compañías experimentaron una evolución en Bolsa de más del 20% en un año y las dos, también, fuertes incrementos de ventas y beneficios. GSK es la segunda compañía farmacéutica más grande del mundo, y tuvo unas ventas en 2009 de más de 23.000 millones de euros, un 12% más que el año anterior. La mayor parte de este incremento fue de Relenza, nombre comercial de su producto contra la gripe A. Este medicamento, que tiene al Tamiflu como principal rival, registró unas ventas totales en 2009 por valor de 750 millones de euros, trece veces más que en 2008 –cuando ya existía el virus–, ejercicio en que las ventas fueron de solo 65 millones de euros. GSK, en su informe anual de cuentas, asevera que este éxito “refleja la capacidad de convencer a los gobiernos” para hacer acopio de este medicamento. Esa capacidad es realmente de la OMS, como figura en la web del organismo internacional, pero Glaxo la hace suya.

Un año antes (2008), la Relenza era la paria de los antivirales que GSK comercializa. Sus ventas de 65 millones se quedaban muy cortas al lado de los 1.220 del Valtrex, el antiviral contra la varicela. Pero todo cambió con la psicosis de la pandemia, cuestionada ahora por propios y extraños. En 2009, fue la vacuna contra la varicela una más en la lista: la Relenza (con crecimientos en sus ventas trimestrales superiores al 100% durante todo el ejercicio) fue la estrella.

Roche y Tamiflu

En su carta anual a los inversores, el máximo responsable de Roche, Franz B. Humer, dice que “pese a la dureza de la crisis económica y financiera global, el año 2009 fue muy exitoso para Roche”. Y tanto ,porque, como añade Humer “2009 será recordado como uno de los ejercicios más importantes en la extensa historia de nuestra compañía”. Las ventas del Tamiflu, el medicamento contra la pandemia de la gripe A más conocido, experimentaron un crecimiento del 435%. En su informe financiero anual, la farmacéutica suiza reseña que “las ventas del Tamiflu crecieron con fuerza hasta los 3,2 billones de francos suizos, con un aumento sustancial de demanda durante la pandemia de la gripe”. Este medicamento fue el principal protagonista de que el crecimiento tanto en las ventas como en los beneficios de Roche duplicaran las del resto del mercado. Pasada la psicosis –y desvelada la no pandemia–, Roche espera que las ventas del Tamiflu caigan más de un 50%.

La farmacéutica también trabajó mano a mano con la OMS. “La rápida expansión de la pandemia fue un reto para Roche”. Como señala en su boletín anual, “hemos estado apoyando a la OMS y los gobiernos para luchar contra este virus”. En julio, la compañía inició un programa para multiplicar la fabricación del medicamento, mano a mano también con una OMS que elevaba al rango de pánico mundial la lucha contra una enfermedad que provocó 18.000 muertes en todo el mundo, frente a los 150 millones que se aguardaban (tres veces la población española). Ambas máquinas –médica y financiera– repercutieron también en ventas y beneficios.

Para Roche, el área de enfermedades víricas era prácticamente residual en cuanto a ventas, siendo los tratamientos oncológicos los que copaban (53%) los ratios. Pero el Tamiflu disparó en un 79% el peso de los antivirales por una “demanda sin precedentes de los gobiernos”. “Roche –añade su balance– trabaja con los gobiernos nacionales por la aprobación del Tamiflu para niños de menos de un año y las embarazadas”.

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