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Dsalud
10/08/09

La repentina aparición de una gripe que afecta con virulencia a los seres humanos y cuya causa se achacó primero a los cerdos y luego decidió llamarse simplemente “A” fue presentada como algo tan grave que se anunció una posible pandemia capaz de causar millones de muertos si no se actuaba con premura. Una afirmación que el tiempo ha desmentido rápidamente. A nosotros, de hecho, lo que realmente nos ha llamado la atención es la cantidad de “casualidades” que rodean este asunto y comprobar lo fácil que resulta asustar a la población y modificar sus hábitos de vida gracias a la incomprensible actitud acrítica –una vez más- de la inmensa mayoría de los medios de comunicación. Cuando lo único constatado en este caso es que de nuevo hay implicadas algunas multinacionales farmacéuticas que, en plena crisis, se están haciendo de oro. Lo afirmamos: todo esto huele muy mal.

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A finales de abril pasado los medios de comunicación de todo el mundo comunicaban al unísono que acababa de ser detectado un nuevo virus de la gripe –esta vez de origen porcino en lugar de aviar- capaz de provocar una epidemia que podía acabar con las vidas de millones de personas si no se actuaba con premura. Keiji Fukuda, director en funciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llegaría a afirmar sin ruborizarse el 7 de mayo que “muy probablemente un tercio de la población mundial sufrirá la nueva gripe en el 2010”. Y se quedó tan ancho. Sin un sólo dato que avalase ese pronóstico. Posteriormente fuentes de la propia OMS asegurarían que esa estimación se basaba “en experiencias previas” recurriendo a explicar lo que pasó con la denominada gripe española para justificarse. Obviamente Internet se llenó de inmediato de preguntas sin respuestas –las que no se hacían muchos periodistas- sobre el cómo, el cuándo y el por qué de esta epidemia. Con lo que enseguida comenzaron a conocerse datos que, una vez unidos, apuntaban a que tal virus no podía ser natural sino creado artificialmente y difundido a propósito. Así lo denunciaron algunos científicos -a los que casi nadie quiso escuchar- entre los que se encontraba el conocido investigador Leonard Horowitz -master de salud pública en Harvard y autor del libro Virus emergentes: Sida y Ébola. ¿Naturaleza, accidente o intención? (1996)- quien en pocos días se convirtió en portavoz de una cada vez más extendida corriente de opinión que sostiene que el virus ha sido creado en algún laboratorio. Finalmente a los medios nos les quedó más remedio que contarlo cuando el científico australiano Adrian Gibbs -de 75 años- afirmó en una entrevista que las características genéticas del virus A/H1N1 hacen suponer que ha sido cultivado en huevos, método utilizado habitualmente en los laboratorios. ¿Y por qué esta vez se hizo caso a alguien que no comulgaba con la versión oficial? Pues porque se trataba de un científico con 45 años de experiencia en este terreno que participó en el desarrollo del antiviral Tamiflu -que pronto empezó a venderse como rosquillas a pesar de que no ha demostrado eficacia alguna- y formó parte del programa que ha trazado los orígenes del virus al analizar su huella genética. Eso sí, desde la OMS lo descalificaron de inmediato. En apenas unos días ya habían investigado tanto como para quitarle la razón. Inaudito para cualquier virólogo medianamente serio. Claro que la OMS está al servicio de la industria farmacéutica y no de los ciudadanos como en esta revista se ha denunciado hasta la sociedad.

VIRUS QUE VAN Y VIENEN

Quien por cierto debe saber bastante de la “nueva” gripe es el doctor James S. Robertson -bioingeniero líder en la producción de vacunas en Inglaterra y asesor de la Agencia Europea del Medicamento y del Centro para la Detección de Enfermedades estadounidense- porque Horowitz afirma que ayudó a la empresa Novavax a modificar genéticamente los virus de la gripe española (H1N1), la gripe aviar (H5N1) y la gripe porcina a fin de crear otro virus prácticamente idéntico al que comenzó su expansión por Estados Unidos y México bajo el nombre de Gripe A. Afirmación de Horowitz que está avalada por datos. Y es que Robertson tiene patentadas las técnicas genéticas para crear los virus H1N1 y H5N1 y desarrollar las correspondientes vacunas para la empresa Novavax habiendo renunciado a cobrar royalties… hasta que estén en el mercado. Derechos que según Horowitz valdrían si finalmente se comercializaran cientos de millones de euros ya que los gobiernos se verían “obligados” a comprarla. No por una posible pandemia sino por la infodemia, es decir, por la epidemia de miedo creada por los medios de comunicación que han hecho una gigantesca campaña –gratuita- que sin duda sirve para animar a todo el mundo a que se vacune.

Además Robertson es jefe del Departamento de Virología del Instituto Nacional de Estándares y Controles Biológicos (NIBSC) del Reino Unido –entidad similar a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) norteamericanos- y ya en una reunión del 2006 en la que se debatían los estándares de los virus de la gripe -dirigida obviamente por la OMS- se desveló que el NIBSC “estaba involucrado en las pruebas para la preparación de vacunas contra el virus de la gripe y la coordinación europea de selección de las cepas que se usarían para prepararlas”. Algunos participantes han revelado que miembros de la propia Agencia Europea del Medicamento (EMEA) presionaron para que las farmacéuticas tuvieran en cuenta posibles pandemias e invirtieran en vacunas bajo el paraguas de “modelos de documento”, sutil forma de llamar –para despistar según Horowitz- a “los virus de la gripe diseñados mediante bioingeniería” conocidos también como “biosimilares”. Horowitz añade que la EMEA ha llegado a establecer “cuotas" para la producción de vacunas y así estimular a las farmacéuticas a que inviertan en “biodefensa”.

Es más, el 27 de abril del 2006 Robertson declaró públicamente que estaba a favor de “preparar a la población mundial para la inminente propagación de virus mediante la creación de biosimilares”. Y lo manifestó en una publicación -en colaboración, ¡cómo no!, con la OMS- en la que alertaba de que había que hacerlo “antes de que la pandemia llegue al Reino Unido u otros países”. Lo singular es que el link a esa información no sólo fue pronto bloqueado sino que bloqueaba el navegador.

Cabe agregar que la aparición del virus de la “gripe A” ha permitido afortunadamente conocer un trasiego de virus y vacunas por el mundo que nadie hubiera sospechado. Un mes antes de la alerta –concretamente el pasado 5 de marzo- la web independiente norteamericana Prisonplanet.com ya denunciaba por ejemplo el comportamiento oscurantista del laboratorio Baxter Internacional. Resulta que esta empresa -con sede en Illinois (EEUU)- fue sorprendida por el Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá enviando virus de la gripe aviar mezclados con material médico de vacunación ¡a distribuidores de 18 países! El “error” fue tan grave que las muestras contaminadas llegaron a Alemania, Austria, Eslovenia y la República Checa haciendo que los periódicos de este último país no dudaran en preguntarse “si no estaría tratando ese laboratorio de crear una pandemia”. En un artículo firmado por Paul Joseph Watson para Prison Planet este periodista se preguntaba: “¿Cómo puede esa empresa haber mezclado accidentalmente virus de la gripe aviar H5N1 -una de las más mortíferas armas biológicas de la Tierra con un 60% de tasa de muerte- con material de vacunación?”

Al principio Baxter –que, por cierto, nada más darse a conocer la existencia de la gripe porcina anunció para estupor de los expertos que en unos meses podía tener lista una vacuna para ella- respondió con evasivas a la lógica alarma social. Es más, por insólito que parezca invocó “secretos comerciales” para no revelar cómo habían sido contaminadas las vacunas con el virus H5N1. Luego, cuando la presión de la opinión pública aumentó, afirmaría que los lotes con virus H5N1 puros fueron enviados “por accidente”. Posteriormente se sabría que en realidad se trataba de un biosimilar elaborado con los virus H5N1 y H3N2 (el de la gripe estacional). Pero, ¿por qué esa mezcla vírica? Prison Planet lo explicaría: el H5N1, en su forma pura, ha matado a cientos de personas pero a nivel aéreo es difícil que se propague. Sin embargo, la gripe estacional sí lo hace y, por tanto, la mezcla aseguraría que el nuevo virus se propague fácilmente. Se lograría, en suma, un potente “super-airbone”. Es decir, un arma biológica mortífera. Un artículo publicado en Canadian Press lo explicaba: ‘Mientras el virus H5N1 no infecta fácilmente a la gente el H3N2 sí lo hace. Si alguien se expone pues a una mezcla de los dos se infectará simultáneamente con ambas cepas y la persona servirá de incubadora para un híbrido del virus capaz de transmitirse fácilmente entre las personas”. Bueno, pues sepa el lector que muchas de las fuentes del artículo de Prison Planet han desaparecido de Internet. ¿Cree que es mera coincidencia?

Pues si así lo cree quizás piense que tampoco este otro acontecimiento está relacionado: el pasado 26 de abril -es decir, dos días después de declararse la “epidemia”- estalló en un tren que circulaba por Suiza un recipiente que contenía ocho frasquitos, cinco de los cuales contenían ¡el “virus de la gripe porcina” hoy llamado Gripe A! El recipiente iba destinado al Centro Nacional de Gripe de Ginebra. Todos ellos estaban sellados herméticamente y se mantenían a baja temperatura al estar refrigerados con dióxido de carbono sólido (lo que se conoce como “hielo seco”). Las autoridades explicarían a la prensa que la explosión se produjo debido que al haberse colocado de forma errónea en el contenedor de transporte el hielo seco se evaporó y ello causó “un exceso de presión” siendo eso lo que hizo que el estallara. Eso sí, lo hizo muy poco antes de que el tren llegase a la estación suiza de Friburgo. Por supuesto, pura casualidad.

Y he aquí otra más: tres días antes, el 23 de abril y por tanto un día antes de declararse la pandemia, el periódico local de la localidad de Frederick (Maryland, EEUU) informaba de que tres frascos potencialmente peligrosos habían desaparecido de las famosas instalaciones de Fort Detrick. Por lo que -como contaría la propia CNN- el ejército estadounidense decidió abrir una investigación por si se trataba de una posible acción de cariz terrorista. La agencia Europa Press informaría de ello en España explicando que “miembros del Comando de Investigación Criminal del Ejército han visitado el laboratorio de Fort Detrick, en la ciudad de Frederick, para investigar la desaparición de los frascos. El portavoz del comando, Christopher Grey, indicó que por el momento ‘no hay pruebas de actividad criminal’”.

¿Y qué contenían los recipientes robados? Pues muestras del virus que causa la Encefalitis Equina Venezolana (EEV) que afecta a los caballos ¡y se puede transmitir a los humanos a través de los mosquitos! En el 97% de los casos los humanos que se infectan presentan mucha fiebre siendo mortal en el 1%. La portavoz del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército, Caree Vander Linden, tranquilizaría a la población diciendo que existe vacuna contra ese virus y no ha habido en Estados Unidos ningún brote desde 1971. Pues bien, las muestras desaparecidas se custodiaban desde hacía más de una década en uno de los laboratorios de ese instituto -que es, téngase muy en cuenta, la principal sede de investigación biológica del ejército norteamericano- y hasta el 2004 se encontraban -entre miles más- bajo el control de uno de los científicos de más alto rango… hasta que se jubiló. Sería de hecho el experto que le sustituyó, al hacer inventario recientemente, quien se dio cuenta de que las muestras habían desaparecido. Y no hay que ser muy listo para entender que si esos virus no se “robaron” para usarlos en un atentado biológico es porque su objeto es trabajar con ellos en investigación?
Bueno, pues Horowitz ha acusado directamente a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de tener acuerdos con Novavax para crear virus biosimilares al de la gripe. Es más, ha llegado a asegurar que Novavax ha obtenido sus biosimilares de un especialista en gripe del CDC llamado Ruben O. Donis que en su día trabajaba allí con Rick Bright, ¡actual vicepresidente de Novavax para programas de gripe globales! Obviamente que tanto el centro de producción de armas biológicas de Estados Unidos de Fort Detrick como el laboratorio de Novavax estén en la localidad de Bethesda a pocos kilómetros uno del otro es pura casualidad.

Aunque Horowitz no parece ser de la misma opinión porque no ha dudado en afirmar con contundencia que esas dos personas son las responsables de los “indicadores genéticos de la gripe A” que se extiende hoy por todo el mundo. Y que ésa es la razón y no otra de que el virus se detectara con tal prontitud.

“Ese grupo de gente –acusa rotundo- es la que cogió pollos infectados por la gripe asiática, se los llevó a Europa, extrajeron su ADN, combinaron sus proteínas con los de la gripe española de 1918 -también creación artificial- y con genes de la gripe porcina haciendo ‘ingeniería inversa’ para que afecte a humanos y crearon el nuevo virus”.

Horowitz explica luego que la versión oficial pretende hacernos hacer creer que tales virus se han podido mezclar aleatoriamente merced a una mutación espontánea pero la verdad es que los virus del cerdo y las aves solo afectan a esas especies y, por tanto, ¡no se pueden mezclar naturalmente!
Leonard Horowitz, tras seguir el rastro de la creación del virus de la llamada Gripe A, afirma que su camino se inició en Gran Bretaña pasando luego a Estados Unidos y llegando por fin a México.

LA VERSIÓN “OFICIAL”

La versión que al principio se dio sobre el inicio de la epidemia para avalar que era natural y casual es que se trataba de un virus procedente de cerdos –de ahí que se hablara de “gripe porcina”- que infectó a varias personas en una granja llamada Carroll sita en Perote -localidad del estado mexicano de Veracruz- que pertenecía –¡oh casualidad!- a una ¡empresa norteamericana! de alimentos: Smithfield Foods Inc. Resulta que una agente municipal de La Gloria -poblado del municipio de Perote- llamada Bertha Crisóstomo había solicitado ayuda a la Secretaría de Salud de México porque el 60% de los 3.000 habitantes del poblado -unas 1.600 personas- tenían problemas respiratorios y gastrointestinales parecidos a los que causa una gripe (fiebre, tos, dolor en las articulaciones, jaquecas intensas y, en algunos casos, vómitos y diarrea). Claro que el problema venía de lejos porque hacía ya tiempo que los ecologistas de la zona habían organizado protestas al achacar los problemas de salud de sus habitantes a la granja. Solo que el resultado fue el habitual donde el que tiene el dinero tiene el poder: la empresales acusó a ellos del delito de difamación. Y si el asunto no se enterró fue porque al ir creciendo la Secretaría de Salud de Veracruz, que hasta entonces había negado la existencia de problemas, terminó reconociendo que podía tratarse de un brote de gripe ya que habían detectado dos casos positivos: un caso de virus tipo B –estacional pues- y otro en un niño llamado Édgar Hernández Hernández- que tenía la cepa H1N1. ¡El virus de la fiebre porcina!

Bueno, ¿y quién acudió a confirmarlo? Pues ¡una consultora estadounidense dedicada a biovigilancia!: Veratect Corporation. Aún hoy asombra lo rápido que identificaron ese virus; cualquiera diría que sabían lo que estaban buscando. En suma, se había descubierto un peligroso virus transmitido a un humano por cerdos que terminaría extendiéndose por medio mundo. Lo extraño es que se trataba de cerdos que habían sido vacunados contra la gripe porcina. Y que no estaban enfermos. Jesús Hernández, responsable del Laboratorio de Inmunología del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo de México y especialista en enfermedades virales, afirmaría que no habían encontrado evidencia alguna de que las piaras de la zona estuviesen contagiadas. “Hemos analizado los virus de la gripe A/H1N1 que tienen los cerdos aquí al noroeste de México y no hemos visto ninguna relación genética con el nuevo virus que está afectando a los humanos. Al comparar la secuencia genética hemos confirmado lo que ya esperábamos puesto que los animales no se están viendo afectados por esta gripe”. Y agregaría:“Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos emitieron una nota en la que manifestaban que es probable que los primeros casos se diesen en California a mediados de marzo cuando se detectó un caso de gripe atípica y,a partir de ahí, se extendiera a través de la inmigración mexicana”.

En pocas palabras: la propia OMS aseguró que la epidemia actual había empezado en una granja de México cuyos cerdos estaban sanos, que se contagiaron cientos de personas por ello y que en apenas unos pocos días ese contagio se transmitió a medio mundo porque como todos sabemos la gente pobre de los pueblos más pequeños de ese entrañable país viaja mucho y a menudo al extranjero en avión.

Bueno, pues tamaña estupidez se la tragaron casi todos los grandes medios de comunicación. Pero no todos los científicos: hay algunos que no se dejan sobornar. Y como éstos se pusieron a investigar la OMS tuvo que admitir que no era la gripe porcina, que el responsable era otro virus al que iban a llamar “gripe A” y que nos olvidáramos de los cerdos y de su potencial peligro. ¿Que luego hay gobiernos que no se enteran y hacen como el ruso que prohibió importar cerdo español? Es que ya se sabe que los rusos no se enteran de nada… La OMS sí. Ésa es de muy fiar. Aunque fuera la que dijese que se trataba del virus de la gripe porcina.

¿Y LOS CHEMTRAILS?

Ahora bien, si no era el virus de la gripe porcina y no se transmitió por contagio de los viajeros que han salido por avión desde México, ¿cómo hay tanto virus de la ahora “gripe A” suelto? ¿Y por qué todos los periodistas de prensa, radio y televisión han seguido hablando durante días y días del peligro de viajar a México y de los cerdos? La verdad es que preferimos no responder a esa pregunta.

Sí vamos a hablar en cambio de lo que a principios de abril –antes de que todo este asunto estallara- contó en un conocido programa radiofónico norteamericanollamado La hora del poder una informadora anónima que sólo aceptó decir que estaba “adscrita a una agencia gubernamental norteamericana”. Porque aquella mujer, con tono seguro dentro del normal nerviosismo de quien no está acostumbrado a hablar a través de un medio de comunicación de masas, dijo que en aquellos momentos se estaba produciendo “un movimiento sospechoso de cepas de virus de gripe aviar” entre varios estados norteamericanos que acabó en Maryland. La informante agregaría que unos camioneros a los que conocía le habían dicho que les habían pagado 18.000 dólares por transportar unos cientos de kilómetros cámaras frigoríficas con material. Y aseguraría: “Esta información la tiene el FBI y otras agencias gubernamentales porque se va a celebrar un simulacro de atentado biológico”.

El caso es que esta información circuló por Internet a principios de abril pero se asegura que la llamada original era de meses atrás. Es más, en un momento de la charla con el periodista la informadora anónima matizó su información admitiendo que en realidad “podrían ser vacunas” pero aclarando que a su juicio eso no cambiaba la situación ya que en tal caso estarían destinadas a un tratar un problema provocado. Terminaría contando que ese material sería luego embarcado en aviones que iban a dedicarse a extender los virus desde el aire en zonas determinadas.
Esta información estuvo colgada en inglés en Internet pero fue censurada del servidor de vídeos Youtube en varias ocasiones. Como lo fue también la versión traducida al español por el catalán de origen anglosajón Colin Lander en otro canal llamado Vimeo.

Debemos agregar que esta denuncia puede estar a juicio de algunos investigadores relacionada con la gran cantidad de estelas químicas -conocidas como chemtrails- que hubo los días en que se propagó la epidemia -24 y 25 de abril- no sólo en los cielos de México sino también en los de otros como España, uno de los países más afectados por la gripe A. Y configuran un extraño fenómeno nunca aclarado. Chemtrail es una abreviación de la expresión inglesa chemical trail -que significa estela química- y define un tipo de estela cuya condensación no es normal porque es más gruesa y persiste mucho más tiempo lo que permite que se expanda y cruce con otras formando extraños patrones que llegan a veces a cubrir por completo el cielo. Quienes las describieron aseguran que proceden siempre de aviones que sueltan a su paso productos químicos que esparcen a propósito El vocablo lo utilizó al parecer por primera vez el periodista William Thomas en 1999 aunque la primera descripción del fenómeno la dio en 1997 Richard Finke. Oficialmente se consideran simples estelas de condensación o cirros pero ningún gobierno ha querido investigarlo y demostrar que lo de que las generan aviones al soltar sustancias químicas se trata de una falacia.

Lo extraño es que, por ejemplo, suelen coincidir con el inicio de la sempiterna epidemia de gripe de todos los otoños también profusamente anunciada con anterioridad. En suma, ¿es posible que la actual epidemia de gripe A se esté propagando no a través de las personas sino desde los cielos? ¿Por qué unos días los aviones dejan estelas que se deshacen casi de inmediato y otros no siendo la fuerza del viento similar? ¿Cómo se explican las diversas y extrañas formas que configuran muy alejadas de las líneas rectas dejadas por los aviones? Si uno cree que lo que dijo la anónima informante del programa La hora del poder antes mencionada es cierto no cabe descartarlo. Porque bajo el paraguas del secreto de los ejercicios militares hay personas con suficiente poder e influencia en algunos países –y Estados Unidos es uno de ellos- que podrían estar interesadas en hacer algo así.

POLÍTICA, ECONOMÍA Y SALUD

Como antes explicamos en este extraño puzzle de coincidencias temporales destaca en todo caso el informe oficial de Novavax sobre la denominada Gripe A ya que se publicó en colaboración con los CDC ¡en el mismo momento en que las autoridades mexicanas anunciaban la existencia de ese virus! ¡Y ya es casualidad! ¿O no? Pues hay más “casualidades”. Porque resulta que en 1996 se publicó un informe titulado Air Force 2025 elaborado por las fuerzas aéreas estadounidenses en el que se decía que ¡en el 2009 podía haber un brote epidémico que podría costar la vida a 30 millones de personas! Luego, ¿qué pasa? ¿Que los militares estadounidenses tienen una bola de cristal para ver el futuro?

Para el ya citado Leonard Horowitz la respuesta es otra. Para él no cabe ya la menor duda de que el virus de la gripe A fue creado para revitalizar la maltrecha industria farmacéutica provocando una masiva compra de vacunas. Si ha sido así o no evidentemente nosotros no podemos afirmarlo pero lo que sí es obvio es que algunos grandes laboratorios están encantados. El mismo día en que se dio a conocer que había una epidemia –el 24 de abril del 2009- las acciones de los dos mayores contratistas de biodefensa norteamericanos -Novavax y BioCryst Pharmaceuticals- subieron espectacularmente.

El tercer beneficiado fue la firma suiza Roche, fabricante del famoso Tamiflú cuya patente era de Gilead Sciences, empresa que tuvo largos años al ministro Donald Rumsfeld como presidente (vea en nuestra web -www.dsalud.com- el extenso y esclarecedor artículo que con el título La gripe aviar, el Tamiflu y el negocio del miedo publicó Discovery DSALUD en el número 82 correspondiente a abril del 2006) en cuya entradilla decíamos: “Desde que el famoso virus de la gripe aviaria fuera detectado en Vietnam hace ya nueve años no llegan a cien las víctimas mortales que se achacan a la enfermedad en todo el mundo a pesar de lo cual una bien orquestada maquinaria de propaganda ha hecho creer a la población que hay riesgo de pandemia y que un producto llamado Tamiflu –cuyo principio activo se extrae del anís estrellado- es la solución. Una gigantesca mentira que obedece a una estrategia comercial para hacer negocio a costa del miedo. Desvelamos las claves de un tinglado al que están inexplicablemente contribuyendo la práctica totalidad de los grandes medios de comunicación. Hablar de una posible pandemia cuando el virus de la gripe aviaria no se contagia ingiriendo carne de aves infectadas y jamás se ha transmitido entre humanos es una burla”.

Bueno, pues fracasada aquella estrategia basada en una sarta de mentiras que los medios de comunicación se tragaron exactamente igual que ahora esta vez se optó por echar la culpa a los cerdos y repetir la operación pero intentando hacerla mejor. Lo que no parece que vayan tampoco a conseguir a pesar de haber involucrado a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo que entonces no contó esta revista –porque no lo sabía- es que el ecologista, ex candidato a la presidencia de Estados Unidos y Premio Nobel Al Gore fue también socio de Gilead a través de una firma de inversión llamada Kleiner Perkins Caufield & Byers (KPCB).

Y he aquí otro dato difícilmente explicable: un investigador mexicano llamado Alfredo Jalife declaró el pasado 30 de abril a la cadena Telemundo 52 –seis días después de darse la alarma por el entonces virus de la gripe porcina, hoy Gripe A- que el Fondo Monetario Internacional había advertido a los empresarios hacía ya ¡tres años! de la posibilidad de una pandemia de gran magnitud. ¿Alguien nos lo puede explicar?

Y si todo esto aún le parece poco sepa que en el mes de marzo –apenas un mes antes de la alerta por tanto- el presidente francés Nicolás Sarkozy estuvo en México con el presidente Felipe Calderón para apoyar precisamente un acuerdo por el que Francia acordaba invertir en el país hispano cien millones de euros en la construcción de ¡laboratorios para producir vacunas contra la gripe estacional –la causada por el virus de la influenza humana- y las gripes pandémicas –se llama gripe pandémica a la provocada por cualquier tipo nuevo de virus de la gripe para el que las personas no tienen defensas y por ello se supone que existe el riesgo de que cause una pandemia-. Los firmantes del contrato fueron la empresa francesa Sanofis Pasteur y la estatal mexicana Birmex. ¿Otra casualidad que mezcla la creación de remedios para males prefabricados con la política? Y es que más allá de sus repercusiones sanitarias la epidemia de gripe ha servido también para iniciar una agenda oculta de militarización en México que comenzó con la guerra contra el narcotráfico y es calcada a la producida en Estados Unidos tras el 11-S. Como denunciaría el ya citado Alfredo Jalife “el Gobierno de Calderón ha aprovechado la pandemia para promover la militarización de la salud”. Y es verdad; incluso intentó postergar las elecciones. Y con la excusa de la lucha contra el narcotráfico logró aprobar el 23 de abril, en pleno proceso de la infodemia, una ley que restringía las libertades. Llamada Ley de la Policía Federal otorgaba a la policía potestades para:

-Intervenir por su cuenta llamadas telefónicas.
-Intervenir e incluso retener correos electrónicos.
-Utilizar agentes sin uniforme si lo precisa la investigación.
-Poder solicitar a las empresas privadas información personal de sus clientes.
-Realizar acciones de vigilancia, identificación, monitoreo y rastreo en Internet con el fin de prevenir conductas delictivas.

En suma, una especie de Patriot Act mexicana similar a la aprobada por el gobierno de George Bush tras el atentado del 11-S que desarrolló el vicepresidente Dick Cheney.

Unos días después -apenas una semana antes de que el brote estallara- Felipe Calderón se reunía privadamente con el presidente Barack Obama. Y poco después el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrecía un préstamo de 45.000 millones de dólares a México que podría usar sólo “en casos de emergencia”. Por tanto, también hay videntes en el FMI.

Claro que como explicó el conocido periodista estadounidense Alex Jones “el brote de gripe es bueno para el Nuevo Orden Mundial”, plan que según muchos analistas tiene como objetivo controlar a la humanidad con un gobierno supranacional dirigido por una élite cuyos miembros ya han expresado desde los años setenta “la necesidad de reducir drásticamente la población mundial”. En esta misma revista se contaba hace apenas dos meses cómo el príncipe Felipe de Edimburgo, marido de la Reina de Inglaterra, había declarado textualmente: “En caso de reencarnarme me gustaría hacerlo en un virus para limpiar la Tierra”. La gente se lo tomó a guasa pero ¿bromeaba o dejaba traslucir su pensamiento? ¿El mismo pensamiento que subyace en organizaciones como el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral o el Club de Roma?
¿De qué otra manera se explica la colaboración de muchos dirigentes políticos? El Ministro de Salud británico, Alan Johnson, se permitió el pasado 3 de mayo advertir a la población británica de que “habrá un rebrote de la gripe A este próximo otoño”. No dijo que era una posibilidad, lo dio por hecho: luego o sabe algo que no cuenta o también es adivino. Lo curioso es que Jane Napolitano, la actual Directora de Seguridad Nacional del Gobierno de Obama, parece tener la misma información pues también declaró sin ruborizarse que “esta cepa puede desaparecer en breve pero otra puede aparecer después”.

En suma, como no está habiendo un número de muertos suficiente como para aterrorizar a la gente y lograr que se vacune en masa hay que asustarla con un posible brote posterior aún más peligroso. Y es que se había previsto que el brote actual permitiría vender al menos 600 millones de dosis sólo en Estados Unidos a 20 dólares cada inyección –una inmensa fortuna que hizo que las acciones en bolsa de algunas compañías farmacéuticas subiesen como la espuma- .. ¡y la gente no responde! Así que hay que volver a meterle miedo.

Y A TODO ESTO: ¿REALMENTE ES TAN PELIGROSA LA GRIPE A?

El 20 de mayo la OMS afirmaba que había contabilizado ya unos 8.500 casos de gripe A y que 72 habían fallecido a causa del virus. En todo el mundo. Bueno, pues sepa el lector que en España mueren 520 personas cada año ¡por gripe común! Y unas 20.000 en Estados Unidos. Y se calcula que unas 500.000 en todo el mundo. Cada año, insistimos. ¿Y lo que está provocando la gripe A es motivo de una alerta nivel 5 en la OMS y de una movilización como la actual?

En terminología médica se emplea el nombre de Síndrome Psíquico Colectivo para definir el hecho de que miles de personas sientan de pronto los mismos síntomas que los descritos en los medios de comunicación. Edgar, el niño de cinco años que dicen fue el primer humano contaminado por esta gripe, no debe ver, leer o escuchar medios de comunicación porque se recuperó de su mal ¡comiendo helados! En contraposición, un bebé de 20 meses cuyos padres sí debían hacerlo murió de la misma cepa tras haberle hecho consumir los médicos antivirales en un hospital de Texas (Houston).
El doctor Roberto Giraldo, experto mundial en el sistema inmunitario, recuerda con sentido común que cualquier patología infecciosa requiere de tres condiciones para que se expanda.

1) La presencia del agente infeccioso.
2) Un modo de transmisión.
3) La presencia de un huésped susceptible.

Y afirma claramente que para que alguien sea vulnerable a un virus, un hongo o una bacteria -es decir, para contraer una enfermedad infecciosa- su sistema inmune, sus defensas, tienen que estar muy bajas. De lo contrario es imposible desarrollar una enfermedad infecciosa. De ahí que asevere que “esto último es lo más importante. Y es precisamente lo que no está siendo tratado de forma adecuada por las autoridades. Están transmitiendo la equivocada idea de que todo aquel que esté en contacto con el virus va a enfermar. Ignorando que la inmensa mayoría de las veces los agentes infecciosos son neutralizados por nuestros mecanismos de defensa. La simple intuición y el sentido común enseñan que si uno está fuerte no enferma”.
Así que si quiere protegerse de éste o de cualquier otro virus ¡cuide su alimentación y su cuerpo! No necesita vacunarse para nada. Sólo quieren venderle una vacuna cuya eficacia cuando aparezca jamás se habrá constatado y cuyos efectos secundarios serán imprevisibles.

Sepa para su tranquilidad además que dos investigadores del Lawrence Livermore Laboratory de California (EEUU) acaban de comparar los marcadores de los chivatos genéticos de las epidemias de 1957, 1968 y 1977 concluyendo –lo han publicado en BMC Microbiology- demostrando que la mayor parte de las moléculas que delatan la malignidad no aparecen en el H1N1 surgido ahora en México. “Esta falta de similitudes no significa necesariamente que el actual virus H1N1 no vaya a ser un problema grave pero sugiere que carece de muchos de los atributos que han hecho letales a anteriores brotes”, explicaría Tom Slezak, uno de los autores del trabajo. Por su parte, la viróloga Wendy Barclay -del Imperial College de Londres- ha explicado que las secuencias genéticas del virus apuntan que sólo afecta a las vías respiratorias superiores y no a los pulmones como la cepa de 1918 por lo que a su juicio las consecuencias de la famosa gripe A serán “leves, como las de una gripe normal".

En suma, la afirmación hecha el pasado 19 de mayo por la Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Margeret Chan de que “hay peligro de que la nueva gripe actúe con la aviar y se vuelva más peligrosa” carece de fundamento.

Cabe agregar que la ONU y representantes de 30 laboratorios farmacéuticos establecieron también ese día las bases para iniciar la fabricación masiva de una vacuna contra el virus de la gripe A –ahora llamado A/H1N1 que queda más científico- en el momento en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “decida si es necesario producirla y con qué contenido vírico”. Porque resulta que la industria tiene ya “prototipos de vacunas preparados a los que sólo habría que añadir las dos o tres cepas predominantes del A/H1N1 que decida la OMS”. Es decir, apenas dos meses después de aparecer el virus de marras ya afirman algunos laboratorios farmacéuticos estar en disposición de fabricar ¡5.000 millones de dosis! según ha manifestado la propia Margaret Chan. No han sido capaces en décadas de fabricar una vacuna eficaz para la gripe común pero en dos meses ya van a poder comercializar vacunas para un virus que acaba de aparecer y del que no se sabe casi nada.

¿Alguien medianamente inteligente se lo puede creer? ¿Huele o no a podrido todo esto?

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